Seguro que más de una vez a lo largo de tu vida te has hecho esta pregunta y en ocasiones no has encontrado respuesta a la sucesión de acontecimientos encadenados que se producen en tu vida y que parecen llevarte, casi sin darte cuenta, de un sitio a otro, como cuando das un paseo por el parque y por el camino te tropiezas con el amor de tu vida o mientras estás pasando tus vacaciones en un pueblo perdido en la montaña y la magia del lugar te hace descubrir tu verdadera vocación en la vida. Entonces te preguntas si todo lo que está ocurriendo, estaba marcado en tu destino.
Hasta hace muy poco en algunos aspectos tenía mis dudas, pensaba que todo estaba predestinado y que hicieras lo que hicieras, si algo tenía que suceder en tu vida, las cosas se posicionarían para que se produjese, sin poder explicarte cómo, pero cuando te sucede algo malo, tiendes a pensar que no es posible que el destino te haya jugado tan mala pasada y es entonces cuando dudas y crees que simplemente has tenido mala suerte o ha sido casualidad, pero acaso… ¿existe la casualidad?.
Desde un enfoque filosófico, nuestro destino aparece como algo inevitable, determinado por fuerzas casi misteriosas que no se pueden evitar.
Siempre pensé que el amor de mi vida estaba por llegar, que ese amor estaba aún buscándome, que podía permitirme estar sentado mientras llegaba
Y así fue, se cruzó conmigo cuando yo no lo buscaba, incluso intenté evitar el destino. Pero como objeto entrando en órbita sin manera de salir despedido de tal inercia, ocurrió.
A pesar de lo doloroso, hermoso, intenso que fue ese cruce de destinos, escrito a suceder en ese lugar, en ese momento, podría afirmar que no fue casualidad, imposible cumplir toda la sucesión de acontecimientos y variables que existían.
Este camino lleva más de 3 años, pensando que el destino podía ir barajando nuestras cartas pero que éramos nosotros quien las jugábamos… Porque creía que era absurdo pensar que hiciera lo que hiciera en mi vida fuese a acabar de la misma forma, un poco triste.
Y es que hace poco, nos ofrecimos para conocer un poco de esa línea de acontecimientos que nos depara el futuro, conocer el número de hijos y sexo que tendría cada uno. Y la verdad que no sé que pensar, terminé cabreado y asustado con esa información.
Si bien es verdad que me alegró interpretar que mi destino seguía junto a ella.
Pero me aterró ver como una simple cadena, iba prediciendo esos acontecimientos antes de que les haya dado tiempo a suceder.
Y me cabreó pensar que decida lo que decida, está todo decidido a la espera de “ocurrir”.
Después de vivir esa experiencia, como debería afrontar uno su destino? Si se cumpliera esa predicción, que poder de decisión, lucha, sentimientos, búsqueda, necesidades quedaría para seguir construyendo esa línea temporal, si resulta que ya está escrita…